APORTANDO MI TESTIMONIO PERSONAL

Témoignage Publié le 26.05.2007
Nací en una familia de secretos y mentiras. Viví entre los secretos y las mentiras familiares hasta un analisis que me los revelo a partir del año 2000. No tengo recuerdos de la niñez, sólo sensaciones, momentos de injusticia, momentos de sorpresa frente a la violencia verbal y física, sensaciones de rechazo y de frustraciones frente a la normal expectativa de cariño, ternura y amor. En mi familia, todo eran apariencia y ambiciones compensatorias, compras a lo loco cuando había dinero y privaciones con nervios cuando no lo había. Nada que sea, desgraciadamente, muy lejos de cierta normalidad en nuestra sociedad. En mi alma, sin embargo, me sentía desgraciado y nadaba en una enorme confusión afectiva. Mucho, mucho más tarde aprendiera que tal confusión se extendía a las cosas de la vida ya que mi compensación siempre fue vivir entre sueños.

Con la edad de ocho años, sentí que un maestro demostraba hacía mi un interés que no había probado nunca en un hogar donde reinaba sólo desconfíanza y gritos. Iba a saber, pasados los 55 años, que ningún niño se deja tocar por un extraño aún tan pronto y en la ignorancia total de las cosas del sexo sin haber experimentado por parte de los padres ya algún que otro abuso. Este predador hábil sabía cómo manejar a los niños pequeños, no estaba allí sin razón… Tenía fichado a los chicos de familias problemáticas y los atraía en sus redes con mucho talento. Me dí cuenta con los años que otros niños tenían con él lazos cercanos y lo iba notando con cierto desconcierto. Qué podía esperar de este hombre un corazón de chavalito ? La consideración y un afecto que no recibe de forma normal en su familia, una familia donde ya está sufriéndo despotismo y desprecio. Por la ilusión de esto, tuvé que verme iniciado prematurádamente a una vida sexual desnaturalizada.

Percibiendo cosas anormales con el tiempo, me abrí de ello en casa a los doce años. La VERGÜENZA cayó en mí a la vez que el rechazo materno total : esta mujer se dijo asqueada y me dió la espalda mientrás el otro se hacía el indiferente. Recuerdo particularmente la última vez que ví al maestro, ese « gran amigo», y como me sentía hundido y engañado en lo más profundo. Mi vida se fue al garrete : me entró a mí el asco hacía mi padre, me entraba una culpabilidad insidiosa cada vez más fuerte, no podía ya fijarme en los estudios cuando había sido buen estudiante, perdiendo desde entonces año trás año, y me volví insolente rebelde. Para toda la vida.

Con la adolescencia, me veía atormentado, cada vez más aislado, sentía inferioridad frente a mis compañeros y cada vez más extraño al mundo. Los curas del colegio no me ayudaron, bién al revés confirmandome en una sumisión que mi rebeldía no bastaba en contrar. Pronto aprendí la cerveza y las salidas nocturnas. Si alguna chica me trajo consuelo, pronto me volví alcoholico del todo despues que mis autores me alejasen de ella usando de todos sus artimañias. Era para ellos un niño perdido mientrás ellos se arreglaban de una vida triángular con el amante de mi madre constantemente en casa : mi hermana menor y yo pensábamos que él era nuestro padre aúnque no fuere. Evidentemente, mi madre no apreciaba verse forzada a tener dos hijos de un hombre que ya le daba físicamente asco. Mientrás mi genitor no se cansaba de golpearme como un enfermo.

Escapé casándome pero cometiéndo el error de no alejarme de mis padres geográficamente : continuaban imponiéndonos su despotismo y caímos en su trampa, mi esposa y yo. Aúnque nos refugiamos en España, huyendo de su poder, era tarde para nosotros : nos separamos, con niños de 8 y 10 años. En aquel pais amado, yo revivía día trás día mis humiliacones, mentalmente, y no dejaba de llorar y llorar. Hasta tomar conciencia por ayuda de terceros que lo mío era haber sufrido violencias físicas y sexuales desde la pequeña infancia. En vez de ponerme mejor, conocí una largísima depresión nerviosa, viéndome como un TARADO. Empecé un análisis en el año 2000 y sigo con ella. Escribir me permitió librarme y devolver a cada persona su papel, a cada cosa su sitio. Me permitió establecer con mis hijos una relación maravillosa de padre y luché para esta paternidad. Despues de siete años de análisis, tuvé la suerte excepcional de descubrir Face à l'inceste y de encontrar mi medio social, hablando al fín con gente con quienes me podía identificar, que podía ayudar y que me ayudaba de forma extraordinaria en encontrar, al fín, mi sitio en la vida, el valor de mi vida.

Tengo 57 años, la espalda destrozada, tuvé 14 alergias durante largos años, sufrí jaquecas tremendas cada semana durante toda mi vida, tengo ahora un enfermedad neuro-vegetativa que no me deja ya escribir a mano y perdí mi último trabajo hace varios años despues de un accidente de tráfico. Hice de camionero, de vendedor callejero, de profesor de idiomas y de traductor. Sigo luchando para salir del paro. Pero por encima de todo ello, me siento ahora una persona y no es poco decir. Escribí y tengo publicado tres libros en una editorial alemana. Uno de ellos es la cuesta personal de un hombre marginalizado y el último, un libro de poemas que se titula TANGAKAMANU (el hombre-pájaro en lenguaje de los habitantes de la isla de Pascua).

Hago mía la lucha de Face à l'inceste para conseguir la caída del tabú del incesto y la consideración de la Justicia en contra de los pedófilos (que no considero como enfermos) y en contra de los incestuosos (80% de la pedofilia tiene lugar en casa y por gente conocida). El incesto lleva a la prostitución. Las redes de pedofilia existen, se extienden y tienen fuentes de financiación por parte de los traficantes de todo tipo en toda Europa y en el Mundo. Nuestro Mundo.

Jesucristo era para la pena de muerte para los pedófilos : « Aquel que escandalice uno de esos pequeños, mejor valdría para él que se le ate una piedra al cuello y que le tiren al mar. Marc, IX, 42 »